Zumo de naranja contra la gripe y los resfriados de los niños

La Naranja para el Invierno

La naranja es uno de los cítricos más saludables, algo que debe a la concentración de vitamina C que contiene. Pocas vitaminas te ayudan tanto a fortalecer el sistema inmunitario y la naranja es el alimento perfecto para tomar la cantidad adecuada de esta. Es necesario cuidar la salud a lo largo de toda la vida, pero durante la infancia hay que tomar precauciones adicionales.

Gracias a los zumos de naranja lograrás levantar las defensas naturales de los más pequeños de la casa. Además, si combinas el poder de este cítrico con otros alimentos, como el jengibre o la miel, estarás elaborando un combinado que mantendrá a raya los catarros o, al menos, los hará menos molestos. Descubre en esta entrada cómo actúa la naranja contra el resfriado.

La vitamina C, una buena excusa para comprar naranjas de zumo

Las naranjas cuentan con una composición única que las convierte en un gran componente de cualquier dieta. Durante un resfriado la energía escasea, la nariz moquea y las náuseas están a la orden del día. No es una enfermedad muy peligrosa, pero sí bastante molesta. En el caso de los niños, los síntomas pueden agravarse y hacer que pases más de una noche sin dormir pendiente de cada uno de sus movimientos.

La C es una vitamina indispensable para el organismo. También es conocida como ácido ascórbico e impide que se desarrollen enfermedades de cierta gravedad, como es el caso del escorbuto. Es una vitamina indispensable para garantizar el crecimiento de los niños y de gran importancia para paliar los efectos de enfermedades habituales como la gripe.

La importancia de esta vitamina subyace en que está presente en los glóbulos blancos o leucocitos, los encargados de patrullar el organismo en busca de elementos extraños que puedan ponerlo en riesgo. El núcleo de estas células sanguíneas contiene un poco de vitamina C, la cual da energía a la célula y la refuerza frente a la gripe.

Comprar naranjas para zumo es una gran idea, ya que a través del zumo o comiendo la pieza entera de fruta puede ingerirse una notable cantidad de esta vitamina. Esto debes ponerlo en consonancia con la necesidad de beber abundante líquido durante un resfriado o una gripe, de lo que se desprende que un zumo de naranja es útil por partida doble.

Sin embargo, es posible combinar la naranja con otros alimentos y conformar un potente combinado para luchar contra los catarros.

El jengibre, un gran aliado

Cada vez son más personas las que usan esta raíz como condimento en sus comidas. Es importante saber que posee grandes cualidades que complementan las de la naranja. Para empezar, el jengibre lleva utilizándose desde hace siglos en medicina oriental para combatir enfermedades respiratorias y la mucosidad que estas provocan. Junto a ello, también ayuda a calmar la irritación de garganta que acompaña muchas veces a la gripe y que tan molesta llega a ser.

Asociando el jengibre al zumo de naranja estarás logrando una potente combinación. Por un lado, permitirá que tus hijos respiren mejor y que puedan combatir la mucosidad; por otro, al ser esta raíz un antibiótico natural (aunque no debe sustituir a un tratamiento médico), supone una buena ayuda para combatir un catarro.

La combinación del zumo de naranja, la miel y el jengibre ayuda contra el catarro

La miel, un toque dulce contra el resfriado

Este es otro de los alimentos tradicionales en casi todos los remedios caseros contra resfriados y gripes. La miel es otro ingrediente que potencia los efectos de la naranja. No solo le da un toque dulce al combinado, sino que aporta una serie de enzimas y minerales de gran valor cuando se está enfermo.

La miel contiene oxidasa, una enzima que posee efectos antibacterianos. Precisamente, cuando esta enzima se encuentra en presencia de agua y oxígeno genera peróxido de hidrógeno o, lo que es lo mismo, agua oxigenada.

Además, la miel ayuda en el tratamiento de algunas enfermedades respiratorias. Hasta hace no mucho tiempo solía utilizarse en presencia de eucalipto y romero para abrir las vías respiratorias y ayudar a mejorar el asma. Así, un toque de este producto en un zumo de naranja con jengibre potenciará a los otros dos ingredientes y verás cómo algunos de los síntomas de la enfermedad pierden intensidad, en especial aquellos que tienen que ver con la mucosidad.

La C no es la única vitamina presente en la naranja ni la única que ayuda a mantener tu salud y la de los pequeños de la casa. Esta fruta contiene vitaminas del grupo B, en especial tiamina y ácido fólico, las cuales son indispensables en el funcionamiento del sistema nervioso.

Además, contiene flavonoides, sustancias antioxidantes que colaboran con las vitaminas para reforzar el sistema inmunitario. Estos compuestos poseen capacidades analgésicas y antiinflamatorias que ayudan a paliar algunos síntomas de la gripe y hacerla mucho más llevadera. También cuidan del estómago formando una película en torno a sus paredes.

Los minerales que aporta la naranja contribuyen a fortalecer aún más el organismo. Este es el caso del hierro y del calcio, sin los cuales no podrían desarrollarse de manera adecuada algunas funciones corporales básicas.

Sin embargo, algo que debes tener muy presente es la necesidad de ingerir una cantidad ajustada de zumo de naranja a diario. Una o dos raciones al día es una dosis más que suficiente para un niño. No por beber la mayor cantidad de zumo posible se fortalece más el organismo; es más, podrían darse efectos no deseados o, incluso, dañinos. Por consiguiente, hay que actuar siempre con cautela y respetando las cantidades recomendadas diariamente para garantizar la salud y para combatir la gripe cuando esta haya sobrevenido.

Aprende a levantar las defensas naturales con el consumo de naranja

Gracias a las propiedades de la naranja potenciarás la salud de tus hijos

La vitamina C te permite a ti y a tus hijos reforzar el sistema inmunitario. Además, en caso de padecer una gripe un zumo de naranja puede ayudarte a paliar sus efectos, en especial si lo combinas con otros ingredientes como son la miel o un poco de jengibre.

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